Dolor y piernas pesadas. ¿qué podrían significar estos síntomas?
Si alguna vez has sentido sensación de pesadez en tus extremidades inferiores puede que estés padeciendo lo que popularmente se conoce como piernas cansadas. Un problema que según la Sociedad Española de Farmacia Comunitaria afecta a entre un 20 y un 30% de la población adulta en España, y hasta el 50% en el caso de las personas mayores de 50 años, siendo cinco veces más frecuente en las mujeres.
Se trata de todo un conjunto de síntomas que normalmente comienza con una sensación de cansancio o pesadez en las piernas al intentar moverlas, caminar, o al permanecer de pie, lo cual reduce la calidad de vida de las personas. A estos se pueden sumar otros síntomas como calambres, edemas, dolor, hormigueos y picor. En algunos casos, también se puede observar una hinchazón alrededor de los tobillos y pantorrillas, generando un aumento del diámetro y volumen en la parte inferior de la pierna.
Uno de los motivos principales de la pesadez de piernas es la insuficiencia venosa, que provoca que las venas de las piernas presenten cierta dificultad a la hora de facilitar el paso del flujo sanguíneo y enviar la sangre de vuelta al corazón, de un modo eficiente. Algo que es más probable que ocurra con el paso de los años, ya que las venas van perdiendo elasticidad y no se contraen tan fácilmente como cuando somos más jóvenes, facilitándose así la acumulación de líquidos o sangre en las zonas inferiores de las piernas y pudiendo aparecer las temidas varices. Hablaríamos de una enfermedad vascular denominada insuficiencia venosa crónica (IVC), o enfermedad venosa crónica (EVC).
¿Qué factores influyen en las piernas pesadas?
- Cambios hormonales: uno de los motivos más comunes de las piernas pesadas. Durante el periodo menstrual, por ejemplo, el cuerpo experimenta una serie de cambios que pueden derivar en una retención de líquidos mayor de lo habitual. Esta retención de líquidos puede provocar a su vez dolor o malestar en las piernas.
- Edad y genética: a medida que nos hacemos mayores tenemos más probabilidades de presentar insuficiencia venosa. También está asociada con la herencia familiar, por lo que el riesgo de padecerla es mayor si nuestros progenitores la presentan.
- Malos hábitos y sedentarismo: los malos hábitos de vida pueden provocar una mala circulación de la sangre y, por consiguiente, la hinchazón y sensación de cansancio de las piernas. Lo más recomendable en este caso es practicar ejercicio moderado, como caminar o correr, de forma que trabajen los músculos de las piernas, aliviando la sensación de pesadez.
- Mala alimentación: la alimentación también juega un papel importante en la salud de las piernas. Sobrepeso y obesidad son dos de las causas más comunes de las piernas cansadas, por el hecho de soportar más peso del que se puede aguantar.
- Altas temperaturas: el calor provoca que las paredes de las venas se dilaten más de lo usual, lo que favorece una mayor acumulación de sangre y retención de líquidos en las extremidades inferiores. Esto se traduce en una sensación de pesadez y cansancio en las piernas más intensa en personas con predisposición a padecer la enfermedad venosa crónica.
- Tabaco: el tabaco no solo daña los pulmones o el corazón, también las paredes de los vasos sanguíneos, haciéndolas rígidas y menos elásticas, lo que puede causar que estos se estrechen. Entre los beneficios de dejar de fumar se encuentra la mejora de la salud vascular, una mejor oxigenación de los tejidos y una reducción del riesgo de desarrollar insuficiencia venosa. Abandonar este hábito es una decisión clave para mejorar el bienestar general y, especialmente, la salud circulatoria de las extremidades inferiores.

Además de estos factores de riesgo, situaciones personales como dedicarse a ciertas profesiones o algo tan cotidiano como un viaje en avión, podrían agravar el problema.
Consejos para prevenir las piernas cansadas
Si ya has empezado a notar los primeros síntomas, seguir ciertos consejos como elevar las piernas durante el reposo, evitar fuentes de calor directas, usar ropa cómoda, mantener un peso adecuado y seguir una dieta equilibrada pueden resultarte de gran ayuda:
- Mantén tus piernas en alto durante el día, haz varios descansos sobre un sofá o sillón para elevar las piernas durante unos 30 minutos, procurando no cruzarlas.Por las noches, procura dormir con ambas extremidades elevadas unos 10 o 20 centímetros ayudándote de un cojín.
- Huye del calor, evitando colocarte cerca de estufas y radiadores o exponiéndote mucho al sol.
- Elige bien tu vestimenta, prescindiendo de las prendas ajustadas y los calcetines o medias que aprieten excesivamente las piernas. También será importante elegir un calzado cómodo y evitar el uso de tacones.
- Controla tu dieta, optando por una baja en calorías y rica en fibra que limite el sobrepeso y controle el estreñimiento.
Cómo tratar las piernas cansadas
Dependiendo de la gravedad del problema, existen varias opciones de tratamiento siendo en cualquier caso conveniente la realización de ejercicios específicos para intentar mejorar los síntomas. Para ello:
- Siéntate en una silla y, con los pies apoyados sobre el suelo, separa y junta las puntas de los dedos de los pies. Posteriormente, realiza balanceos de los dedos a los talones y, por último, eleva los talones apoyándote sobre las puntas de los pies y luego vuelve a apoyar toda la superficie. Haz unas 20 repeticiones de cada movimiento.
- Ponte de pie y, desde la posición de puntillas, baja lentamente hasta apoyar nuevamente los talones. Tras esto, camina sobre los talones unos minutos y finaliza la tabla caminando durante el mismo tiempo con las puntas de los pies.
- Túmbate sobre el suelo y, con las piernas elevadas y estiradas, lleva las puntas de los pies hacia delante y hacia atrás. A continuación, baja las piernas hasta el suelo y sepáralas y júntalas varias veces. Por último, vuelve a la posición inicial de piernas elevadas y extendidas y haz círculos con los pies de dentro a fuera y viceversa.
Además de estos ejercicios, los tratamientos de terapia compresiva a través del uso de medias de compresión, o la hidroterapia, con duchas y masajes combinando agua fría y tibia, sirven para estimular el tono venoso. Por otro lado, los complementos alimenticios que en su composición incluyen castaño de indias, centella asiática, hamamelis, rusco, rutina y vitamina C pueden resultar útiles en el alivio de las piernas cansadas. Gracias a su fórmula triple acción ayudan al mantenimiento de la circulación venosa, a mejorar la sensación de piernas cansadas y a contribuir al funcionamiento de los vasos sanguíneos. También puede ser recomendable la aplicación de geles, por vía tópica, como aquellos compuestos por extractos vegetales de caléndula, hipérico, salvia, menta y olivo, en los casos de varices, edema venoso, piernas cansadas y pesadas y problemas circulatorios de retorno en las extremidades inferiores.
En cualquier caso, lo más recomendable es que acudas a un profesional sanitario si sientes tus piernas cansadas. Solo él podrá hacerte el chequeo y las pruebas pertinentes para determinar el tratamiento más adecuado para ti.
Conclusión
La sensación de piernas pesadas no es solo una molestia puntual, sino que puede ser la señal de un problema circulatorio que conviene no ignorar. Aunque muchas veces su origen está relacionado con factores hormonales, la edad o el estilo de vida, lo cierto es que con pequeños cambios diarios se puede aliviar e incluso prevenir su aparición.
Mantener una buena higiene postural, practicar ejercicio con regularidad, cuidar la alimentación y evitar el sedentarismo son medidas efectivas que mejoran la circulación y el bienestar general. Además, ante síntomas persistentes o molestias recurrentes, es fundamental consultar con un profesional sanitario para recibir un diagnóstico adecuado y valorar si es necesario algún tratamiento específico.
Escuchar al cuerpo y actuar a tiempo puede marcar la diferencia entre una molestia pasajera y una afección crónica.
Referencias
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