Tratamiento periodontal: ¿qué es y qué tipos hay?

España es uno de los países de la Unión Europea donde se acude con menor frecuencia al dentista para realizar una revisión. De hecho, según los últimos datos del Libro Blanco de la Salud Oral en nuestro país, sólo algo más de la mitad de los españoles había acudido a una clínica odontológica en el último año.

Unas cifras que ponen de relieve la necesidad de seguir concienciando a la población sobre la importancia de mantener una correcta salud bucal y consultar a los profesionales periódicamente. Y es que todavía sigue habiendo mucho desconocimiento entre la relación que existe entre los problemas bucales y la salud en general.

Un claro ejemplo de ello son las enfermedades periodontales, es decir, la gingivitis y la periodontitis, patologías frecuentes que de no tratarse pueden acarrear problemas de salud graves.

En el caso de la periodontitis, estudios epidemiológicos transversales indican que, mientras que sólo aproximadamente el 10% de la población adulta es periodontalmente sana, el 80% tiene una periodontitis moderada y el 10-15% sufre una periodontitis avanzada. Un verdadero factor de riesgo para padecer otras enfermedades, ya que la periodontitis se relaciona con otras patologías como las respiratorias, las coronarias, la diabetes, o la artritis reumatoide.

¿Cómo se tratan las enfermedades periodontales?

La gingivitis es la forma más leve de enfermedad periodontal que, de no tratarse, puede derivar en periodontitis (o piorrea), una forma más grave e irreversible.

De ahí que sea fundamental estar alerta ante los primeros síntomas como enrojecimiento de la encía, dolor y sangrado, para solicitar el diagnóstico por parte de un profesional e iniciar un tratamiento adecuado lo antes posible.

Para determinar dicho tratamiento, el dentista podrá revisar los antecedentes médicos para identificar cualquier factor que pueda estar relacionado con los síntomas, como por ejemplo fumar. Además, llevará a cabo un examen para detectar la presencia de sarro y comprobar si hay sangrado de las encías, y podría realizar radiografías para determinar si hay pérdida ósea y así determinar el grado de gravedad. En función de esto, se podrá optar por llevar a cabo tratamientos tanto de tipo no quirúrgico, como quirúrgicos.

Los tratamientos no quirúrgicos son procedimientos poco invasivos entre los que se incluyen:

• Raspado, cuyo objetivo es eliminar el sarro dental y las bacterias de la superficie de los dientes y debajo de la línea de las encías.

• Alisado radicular, que suaviza la superficie de las raíces para prevenir que se sigan acumulando sarro dental y bacterias, además de ayudar a que las encías se vuelvan a conectar a los dientes.

• Antibióticos tópicos u orales, cuyo objetivo es combatir las bacterias que provocan infecciones.

En cuanto a los tratamientos quirúrgicos, podrían ser necesarios en casos de periodontitis avanzada. Entre estos se incluyen:

• Cirugía de reducción de la bolsa periodontal, cuyo objetivo es el de facilitar el raspado y alisado radicular mediante la exposición de las raíces de los dientes.

• Injertos de tejido blando, que se realizan para reforzar la pérdida de tejido gingival, extrayendo una pequeña cantidad de piel del paladar, o de otro lugar, para fijarla al lugar afectado.

• Injerto óseo, que se realiza para prevenir la pérdida de la pieza dental cuando la periodontitis destruye el hueso que rodea la raíz del diente.

• Regeneración tisular guiada, cuyo objetivo es el de permitir que el hueso destruido por las bacterias vuelva a crecer.

• Proteínas estimulantes de tejidos. Una técnica que incluye la aplicación de un gel especial a la raíz del diente afectado, cuya función es la de estimular el crecimiento de huesos y tejidos saludables.

Tras el tratamiento, será importante mantener un buen cuidado oral diario en casa y eliminar hábitos perjudiciales, como dejar de fumar, para tener mejores resultados.

Consejos útiles tras el tratamiento periodontal

Si te has sometido a un tratamiento por causa de una gingivitis o periodontitis, o quieres mantener tus dientes y encías sanas y así evitar posibles intervenciones, cepilla tus dientes dos veces al día con un dentífrico específico especialmente indicado para las personas que padecen gingivitis, ya que contribuirá a prevenir el sangrado de encías y la inflamación, reduciendo la placa bacteriana, calmando las encías dañadas y protegiendo los dientes.

A la hora de seleccionarlos, será importante que en su composición incluyan ingredientes como el Cloruro de CetilPiridinio (CPC), con actividad antibacteriana de amplio espectro; el panthenol y alantoína, que contribuyen a fortalecer las encías; el fluoruro sódico, que favorece la remineralización del esmalte; y el zinc, que permite reducir y prevenir la aparición de la placa bacteriana.

También pueden ser recomendables productos coadyuvantes del tratamiento periodontal, especialmente formulados para combatir la placa bacteriana, destruyendo los microorganismos responsables de su formación, y sin rayar el esmalte, gracias a ingredientes como el Digluconato de Clorhexidina.

El farmacéutico o el dentista, como profesionales sanitarios, podrán aconsejarte sobre su uso y ofrecerte la solución que mejor se adapte a tus síntomas y necesidades. Además, no olvides la limpieza interdental y acudir al dentista con regularidad para realizarte una limpieza bucal, cada 6 o 12 meses, y realizar una revisión completa de tu boca.